RETINOLIZARSE, CON “R” DE REVOLUCIÓN

Hoy vamos a profundizar en un tema que te interesa, aunque puede que aún no lo sepas. Esta maravilla tan en boca de todos últimamente que es el retinol, es uno de los ingredientes de la receta de la eterna juventud. Bien integrado en el coctel que es una buena rutina cosmética puede, desde ralentizar el reloj biológico de tu piel hasta restarle unos añitos.

Qué es y cómo actúa el retinol?

El retinol es un derivado de la vitamina A. Esta es  una vitamina liposoluble que se almacena en el hígado. Su principal función es ayudar a la formación y al mantenimiento de dientes y otros tejidos del organismo, además de estar implicada en la síntesis de los pigmentos retinianos de los ojos imprescindibles para una buena visión (de ahí que en ocasiones se le llame retinol). Los derivados de esta vitamina se conocen con el nombre de retinoides, y hay bastantes en la lista, por lo que vamos a centrarnos en dos de ellos, el retinol y el ácido retinoico.
En cuanto al ácido retinoico hay que saber que, si lo pusiéramos en una balanza comparándolo con el retinol, sería mucho más efectivo, pero mucho peor tolerado, y aquí ya entran en juego las manías de cada uno.

Cómo debemos aplicar los retinoides?

Ambos, pero especialmente el ácido retinoico, precisan empezar a ser utilizados de forma progresiva, ya que si no se hace de esta manera suele provocar una dermatitis de contacto que conduce al enrojecimiento y descamación de la piel. Es fotosensibilizante, por lo que hay que aplicarlo por la noche y utilizar SIEMPRE fotoprotección durante el día (recomendado factor 50). Dado que el ácido retinoico es más agresivo (de ahí su mayor eficacia), requiere receta médica.
El retinol es más suave y benévolo con nuestra piel a costa de una menor eficacia y por tanto, de un mayor tiempo de uso para empezar a apreciar sus efectos. De igual manera, aunque sea más “suave” hay que empezar a utilizar este producto a bajas concentraciones (0.15% - 0.25%) y de forma progresiva e ir aumentando la concentración y el número de días que se aplica para evitar irritar demasiado nuestra piel cuando aún no está acostumbrada. El retinol no precisa receta médica y no es fotosensibilizante, por lo que puede usarse por la mañana siempre y cuando se asocie protección solar del factor 50 y se renueve a lo largo del día. Siendo realistas, el retinol es probablemente una opción más interesante, ya que al ser mejor tolerado y producir mucha menos descamación, es más fácil mantener su uso continuado en el tiempo.

Qué efectos tienen los retinoides?

Los retinoides son lo que se llaman cosméticos “transformadores”, que son aquellos que más que producir un efecto “flash”, actúan mediante procesos biológicos en las células de la piel produciendo ciertos efectos en estas que se manifestarán a medio plazo.
Más concretamente actúa aumentando el volumen de la epidermis, la capa más superficial de la piel, de esta forma disminuye la pérdida de agua a través de ella manteniéndola hidratada por más tiempo. Por otra parte consigue equilibrar la función de los melanocitos (las células encargadas de producir el pigmento de la piel o melanina) reduciendo considerablemente la aparición de manchas en la piel. Aumenta el recambio de las células de la superficie cutánea por lo que también actúa como despigmentante debido a esta renovación celular acelerada.
En capas más profundas, a nivel de la dermis, actúa como antioxidante y produce un aumento en el número de fibroblastos, las células encargadas de generar colágeno, e inhibe los enzimas responsables de su degradación.
El tiempo que tarda en apreciarse los efectos es variable, dependerá del principio activo, de la concentración y de la frecuencia de uso, pero hay que recordar que Roma no se construyó en un día.

Consigue ser constante y tú mism@ te sorprenderás con los resultados.