Calle Amantes 11, 2º - Teruel

No es infrecuente pensar que muchas de las características físicas que nos definen son definitivas e irreversibles. En muchos casos, está en nuestra mano, si es nuestro deseo, hacer algo por modificarlas. Del mismo modo que podemos hacer una dieta para perder peso, ejercicio para definir nuestro contorno corporal o incluso realizarnos tratamientos capilares para tener un cabello más sano y brillante, podemos hacer mucho por mejorar el aspecto y la salud de nuestra piel. Aunque es todo un reto y puede parecer difícil, en realidad no lo es tanto, y si nos cuidamos en tantos otros aspectos, ¿por qué no cuidar la parte que más mostramos al mundo?

La piel es el órgano más grande del cuerpo, es tu carta de presentación, una piel bonita brilla con luz propia incluso sin necesidad de adornarla con maquillaje. Much@s, especialmente aquellos que no viváis cómodos en vuestra piel, pensareis que cambiar esto es algo imposible, pero en realidad os sorprendería lo que una buena rutina de cuidados faciales puede hacer por vosotros. Y sin más preámbulos vamos al lío:

 
  1. Lo primero y más importante: la limpieza. Tanto si utilizas maquillaje como si no, es fundamental limpiar la piel a conciencia todas las noches de tu vida ¿Imposible? No lo es, es cuestión de planteárselo como una rutina más. De la misma manera que te pones el pijama cada noche antes de dormir o te cepillas los dientes, limpias tu cara. Lo mismo al despertarte, aunque te hayas acostado con la piel limpia, durante la noche las glándulas sebáceas que producen la grasa siguen trabajando y para que ésta no obstruya los poros es necesario volver a realizar una limpieza suave al despertarse.
  2. Al menos una vez por semana es recomendable realizar una exfoliación. El objetivo de esta parte es retirar las células muertas de la piel que también contribuyen a obstruir los poros y a dar a nuestra piel un aspecto apagado.
  3. Aplicar un buen contorno de ojos. Los ojos son el espejo del alma y una de las principales zonas donde se aprecian los signos de fatiga y envejecimiento. El área periocular es una zona muy delicada ya que la piel de los párpados es extremadamente fina y carece de grasa bajo ella. Además, está sometida al “estrés” de la continua gesticulación y todo ello hace que sea más propensa a desarrollar arrugas de forma más temprana. Mantener correctamente hidratada esta zona y aplicar una dosis constante de vitaminas y antioxidantes retrasará el proceso de envejecimiento de forma considerable.
  4. Complementar con un producto intensivo. Este producto puede variar entre la rutina de día y la de noche. Por las mañanas es recomendable aplicar un sérum o una ampolla de los principios activos más adecuados en función de nuestro tipo de piel, mientras que por la noche lo mejor es recurrir al retinol empezando por concentraciones bajas 2-3 días por semana.
  5. Imprescindible cada mañana: el protector solar. Esto es innegociable independientemente de que sea verano o invierno e incluso de que no vayamos a salir a la calle. Uno de los factores ambientales más asociados al envejecimiento prematuro de la piel es la exposición a la radiación solar, pero existen otros tipos de radiación que afectan a nuestra piel y proceden de otras fuentes, como la luz emitida por pantallas o las propias bombillas. Lo mejor, aplicar factor 50 y si es posible renovarlo varias veces al día. Hoy en día muchas bases de maquillaje llevan fotoprotección incorporada, así que, si eres de l@s que usa maquillaje, un paso que te ahorras, eso sí, intenta emplear aquellas bases con un factor de protección elevado.
Et voilà! Cuidar tu piel, algún día o día uno. Tu decides ;)
 

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